Un día en la vida, presenta...
Francisco Pérez Godoy - Oficial de Tránsito
Naciste hace 42 años, y sin embargo, debiste sobreponerte a un cuadro alérgico que te aquejó toda la vida. Fuíste el cuarto de seis hijos. Después vinieron las complicaciones. De ahí que te pusieran "El ronchas" por tu compulsiva manera de rascarte la barriga. En la escuela, eras objeto de burla y empezaste a tomar una actitud lasciva contra el mundo. Sin embargo, tenías la facultad de lamer botas desde chamaco, siempre pedías "el varo" para poder comprar dulces, churritos, chicles a cambio de hacer la barba, de decir "qué bien te ves jefa" o de simplemente quedar bien.
Esa actitud te llevó a pasar la primaria, dando tumbos, con 6. Pasabas de panzaso en todo, de ahí que tu apodo en la secundaria haya cambiado a "El barrigas". Cuando hubo la oportunidad de pasar al bachillerato, la desaprovechaste. Muy pronto te diste cuenta que el estudio no era para ti, y preferiste trabajar. De ahí que empezaras a lavar carros en las casas. Ese oficio te llevó a conocer a "El sangres", mafioso hecho y derecho de la colonia popular donde vivías. Por azares del destino, te adoptó gracias a tu famosa labia. Fuíste testigo de la trata de blancas, de robos, de violaciones, y desde chamaco te tocó portar tu primer arma: una beretta .35 semi-automática.
"El Jefe", como le llamabas, tenía conexiones en el narco y en la chota. Muy pronto te metiste tu primer línea, y después hasta te inyectabas. Tenías un buen de viejas y en la colonia nadie se metía contigo. Tus padres, preocupados por tan repentina buena vida, empezaron a aconsejarte. Hijo, deja eso, no te lleva a nada bueno. Una vez hasta golpeaste a la jefa, y tu jefe, en el intento de defenderla, salió cadáver. Tocaste el fondo, por tus conexiones no te fuiste al bote y sólo te limitaron a rehabilitarte. Al salir, tu jefa ya había muerto víctima de la tristeza y de un paro respiratorio. Tus carnales te abandonaron. El Jefe ya ni siquiera quería saber de tí, y sólo te echó la mano para entrar a la policía auxiliar.
En la poli conociste a Mercedes, Meche, una poli con un pasado decente, y ella abogó por ti. Se apiadó. Y te casaste con ella y tuviste 2 chamacos, los cuales te llevabas a los partidos del América en el Azteca cada 15 días, porque te tocaba cubrir las veces de granadero en la seguridad.
Éste, es un día en tu vida:
El ruido del despertador a las 5 de la mañana, sólo podía significar el rápido levantamiento para bañarte. Como no había gas, el agua fría acababa la rutina para desperezarte. El turno empezaba a las 7 de la mañana y como te quedaba a una hora de camino, tenías que hacer todo en chinga.
-Te vas con Dios -invariablemente decía Meche. Vives solo con tu esposa, porque tus morros se fueron para los Estados Unidos. De vez en cuando enviaban cartas y unos cuantos dólares. Sólo tomas un vaso de leche y el bolillo de la tarde anterior para ir comiendo por el camino.
Ahora te tocaría la moto. Era la oportunidad para "ponerte a mano" con el bajo sueldo percibido. Te tocaba la Miguel Hidalgo. En la López Mateos te agarraste a dos señoras en lugar prohibido, y antes de quitarles la placa, te dieron 50 pesos cada una. "Pa' la otra si se la hago efectiva, seño". Había cierta gratitud con el oficio y con el contribuyente. De alguna manera, daba un bono para poder subsistir a la ingrata quincena. Un Mustang se pasó un alto y le sacaste 150. Te detuviste en unos tacos de canasta para desayunar. Viste de lejos un asalto en una sucursal de Banamex que está en Ejército Nacional y sólo después de que terminó, recibiste la orden para desviar el tráfico un carril. Esa era tu rutinaria vida.
Llegaste al cuartel, ese donde te entrenaron hace 12 años, donde te caíste varias veces de la moto y donde te arrestaron varias veces por llegar pedo. Te inculcaron un patriotismo barato, ese de se-levanta-en-el-mástil-mi-bandera, mexicanos-sagrito-de-guerra y las lamidas de bota que suelen aplicarse para poder avanzar: "así es mi comandante, qué bonita medalla", "¿voy por las quecas?", "¡qué bien se vé, Jovita!". Era un recordatorio de que, a pesar de la labia, no habías hecho nada bueno de tu vida. Tus hijos te dejaron. Tu mujer ni te pela. Y sólo tú a veces te soportas.
Camino a tu casa, sin saber por qué, empezaste a recordar a tu padre. Un hombre fuerte, de gran convicción hacia el trabajo. De repente, te diste cuenta que un día como ese, hace 21 años, lo mataste.
En tu casa, Meche ya dormía. Tu seguías con el pensamiento rumiando en tu interior. De la nada, tomaste tu arma de cargo, la pusiste en la sien y jalaste del gatillo.
Esa fué tu vida... Y así terminó ese día...
Come in, come out, tonight...
Naciste hace 42 años, y sin embargo, debiste sobreponerte a un cuadro alérgico que te aquejó toda la vida. Fuíste el cuarto de seis hijos. Después vinieron las complicaciones. De ahí que te pusieran "El ronchas" por tu compulsiva manera de rascarte la barriga. En la escuela, eras objeto de burla y empezaste a tomar una actitud lasciva contra el mundo. Sin embargo, tenías la facultad de lamer botas desde chamaco, siempre pedías "el varo" para poder comprar dulces, churritos, chicles a cambio de hacer la barba, de decir "qué bien te ves jefa" o de simplemente quedar bien.
Esa actitud te llevó a pasar la primaria, dando tumbos, con 6. Pasabas de panzaso en todo, de ahí que tu apodo en la secundaria haya cambiado a "El barrigas". Cuando hubo la oportunidad de pasar al bachillerato, la desaprovechaste. Muy pronto te diste cuenta que el estudio no era para ti, y preferiste trabajar. De ahí que empezaras a lavar carros en las casas. Ese oficio te llevó a conocer a "El sangres", mafioso hecho y derecho de la colonia popular donde vivías. Por azares del destino, te adoptó gracias a tu famosa labia. Fuíste testigo de la trata de blancas, de robos, de violaciones, y desde chamaco te tocó portar tu primer arma: una beretta .35 semi-automática.
"El Jefe", como le llamabas, tenía conexiones en el narco y en la chota. Muy pronto te metiste tu primer línea, y después hasta te inyectabas. Tenías un buen de viejas y en la colonia nadie se metía contigo. Tus padres, preocupados por tan repentina buena vida, empezaron a aconsejarte. Hijo, deja eso, no te lleva a nada bueno. Una vez hasta golpeaste a la jefa, y tu jefe, en el intento de defenderla, salió cadáver. Tocaste el fondo, por tus conexiones no te fuiste al bote y sólo te limitaron a rehabilitarte. Al salir, tu jefa ya había muerto víctima de la tristeza y de un paro respiratorio. Tus carnales te abandonaron. El Jefe ya ni siquiera quería saber de tí, y sólo te echó la mano para entrar a la policía auxiliar.
En la poli conociste a Mercedes, Meche, una poli con un pasado decente, y ella abogó por ti. Se apiadó. Y te casaste con ella y tuviste 2 chamacos, los cuales te llevabas a los partidos del América en el Azteca cada 15 días, porque te tocaba cubrir las veces de granadero en la seguridad.
Éste, es un día en tu vida:
El ruido del despertador a las 5 de la mañana, sólo podía significar el rápido levantamiento para bañarte. Como no había gas, el agua fría acababa la rutina para desperezarte. El turno empezaba a las 7 de la mañana y como te quedaba a una hora de camino, tenías que hacer todo en chinga.
-Te vas con Dios -invariablemente decía Meche. Vives solo con tu esposa, porque tus morros se fueron para los Estados Unidos. De vez en cuando enviaban cartas y unos cuantos dólares. Sólo tomas un vaso de leche y el bolillo de la tarde anterior para ir comiendo por el camino.
Ahora te tocaría la moto. Era la oportunidad para "ponerte a mano" con el bajo sueldo percibido. Te tocaba la Miguel Hidalgo. En la López Mateos te agarraste a dos señoras en lugar prohibido, y antes de quitarles la placa, te dieron 50 pesos cada una. "Pa' la otra si se la hago efectiva, seño". Había cierta gratitud con el oficio y con el contribuyente. De alguna manera, daba un bono para poder subsistir a la ingrata quincena. Un Mustang se pasó un alto y le sacaste 150. Te detuviste en unos tacos de canasta para desayunar. Viste de lejos un asalto en una sucursal de Banamex que está en Ejército Nacional y sólo después de que terminó, recibiste la orden para desviar el tráfico un carril. Esa era tu rutinaria vida.
Llegaste al cuartel, ese donde te entrenaron hace 12 años, donde te caíste varias veces de la moto y donde te arrestaron varias veces por llegar pedo. Te inculcaron un patriotismo barato, ese de se-levanta-en-el-mástil-mi-bandera, mexicanos-sagrito-de-guerra y las lamidas de bota que suelen aplicarse para poder avanzar: "así es mi comandante, qué bonita medalla", "¿voy por las quecas?", "¡qué bien se vé, Jovita!". Era un recordatorio de que, a pesar de la labia, no habías hecho nada bueno de tu vida. Tus hijos te dejaron. Tu mujer ni te pela. Y sólo tú a veces te soportas.
Camino a tu casa, sin saber por qué, empezaste a recordar a tu padre. Un hombre fuerte, de gran convicción hacia el trabajo. De repente, te diste cuenta que un día como ese, hace 21 años, lo mataste.
En tu casa, Meche ya dormía. Tu seguías con el pensamiento rumiando en tu interior. De la nada, tomaste tu arma de cargo, la pusiste en la sien y jalaste del gatillo.
Esa fué tu vida... Y así terminó ese día...
Come in, come out, tonight...
Comentarios
Pero que pena,
siento que esa perona sufrió demasiado para poder aguantar semejante culpa.
De verdad,qué pena!.
Hay muchas personas que no son fuertes de plano, hay quienes lo son pero no lo saben y hay quienes se hacen pero no lo son...
Las personas sufren porque quieren, pierden el tiempo pensando "ay, cuánto sufro!!" y no se ponen a ver que mientras se lamentan, pasan las cosas más hermosas de la vida frente a ellas...
¿Qué es mejor?
Un abrazote mi querida Malquerida!!!
Cheers...
Besos blancos
A.
Aún así creo que le faltó alguito.
Quizás la cronología pudo haber estado mejor.
Normal.
Cotidiano.
Común.
Y esto, para una sociedad como la nuestra, es signo de descomposición, vivimos en una sociedad disfuncional....ya nos llevó la chingada.
Cuando la conciencia se recupera, viene la debacle.
2046
Jajaja! Yo soy Uni-Mich... Un A-brazote Nicolaíta...
Daemon Pri:
Chales, hubieras visto un comment que puse en cuentaletras. Pero eso es solamente si me hubiera hecho daño. Lo bueno es que hubiera llegado el fantasma de su padre, lo poseyera, y se automutilara, lo abandonara en los últimos 10 minutos antes de su muerte todo xodido... Chales, ya estoy mal, no me hagas pensar cosas malas!!! Un abrazo...
Rich:
Chales, mirá que yo también me quedé con esa impresión, sólo que mi cerebro ya no daba para más... Incluso ahorita, no se me ocurre algo... Ya no carburo... Un abrazo!!
Rous:
Si... Los ves todos los días en camionetas de la judicial, de la bancaria o la auxiliar... Son gente que le ha sufrido, y traen traumas canijos... Un saludote mi Rous!!
Mi buen Champy:
Mirá que, si... Las cosas más cotidianas, más superficiales, tienen un fondo muy cabrón. Desde ver al ejecutivo exitoso (el cual se masturba porque su mujer no quiere con él) hasta el cuate que te vende los boletos del cine (el cuál saliendo se va a asaltar porque no le alcanza el sueldo)...
Cosas así... Estamos re-xodidos... Un abrazo!!
Cheers...